Si había una ventaja que destacaba entre todas las demás a la hora de vivir de alquiler era la posibilidad de de elegir, precisamente, dónde se quería establecer el lugar de residencia.
Si había una ventaja que destacaba entre todas las demás a la hora de vivir de alquiler era la posibilidad de de elegir, precisamente, dónde se quería establecer el lugar de residencia. Vivir en el centro de Madrid, en barrios como Salamanca, Chamberí o el Centro de la capital solamente era posible, al menos para la inmensa mayoría de los ciudadanos, gracias al arrendamiento, puesto que acceder a una vivienda en propiedad ha estado reservado y lo sigue estando, para los bolsillos más pudientes.
El alquiler era, pues, la única vía gracias a la cual cientos de ciudadanos podían hacer realidad su sueño de vivir en los mejores barrios de la capital. Sin embargo, tras el fuerte incremento de precios que ha experimentado este mercado, en pleno boom alcista desde hace cuatro años, ese sueño ha saltado en mil pedazos y se ha hecho añicos, obligando a cientos de ciudadanos a hacer las maletas en busca de una casa que, al igual que sucede con la propiedad, puedan permitirse pagar.
Los 1.000 euros que hasta hace apenas cuatro años se pagaba de media por un piso de 80 metros cuadrados en cualquiera de estos tres distritos se han transformado en 1.500 euros, en el mejor de los casos, tal y como muestra la tabla inferior.